6/9/11

Petrificada


Ante la imposibilidad de lanzarme a la piscina y encontrar las palabras justas que necesito, éstas que compartiré a continuación son lo más parecido a cómo me siento. Gracias Paulo.

______________________________

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.

No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!

Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse.

El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento.

Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción.

¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿necesidad de aclaraciones?, ¿palabras que no se dijeron?, ¿silencios que lo invadieron?

Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo.
Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.

Recuerda que nada ni nadie es indispensable.
Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

¡Ésa es la vida!

______________________________

Me niego realmente a aceptarlas y creérmelas.
Pero gracias a ellas algo ha despertado en mí.
Una vez más, quedo desnuda y con un círculo rojo en la cabeza y en el corazón.

8/2/11

Metáforas

Y sé que puedo cambiar las cosas, rellenar las fisuras.
Pero yo también tengo gallinas en mis entrañas.
El miedo a los monosílabos y a la indiferencia son como cemento en mis zapatos. Y puede que no haya rencor, pero mi voz se eleva y el eco siempre devuelve las mismas palabras. Y ante esto no quiero rendirme, no debo.

La lengua en corazón tengo bañada
.

Siempre pregunto y las respuestas en forma de pupila me atraviesan.
Y continúo ciega, bañada por la ausencia de quienes pensé que nunca se irían de mi lado. Me voy, pero me quedo, quiero ir hacia allí y tocarles, decirles que soy un puño aparentemente impenetrable que se derrite a la luz de las velas.

No puedo ignorar que siento, que me arrepiento cuando no debo hacerlo y que no lucho cuando el pulso me lo pide. No puedo ignorar que me empequeñezco cuando sé que soy más inmensa que este vacío que amenaza con derribar el muro. Caminante sin camino y sin ganas de andar, me reprocho.

Y sé que puedo cambiar las cosas, dejar atrás el pánico y evitar que el paso del tiempo siga borrando las huellas. Y no hay lágrimas, porque no hay tristeza. Ya no.

4/2/11

Días y contraste


Lucha de gigantes. Fragilidad. Pesadilla. Todo. Enormidad. Voz.
Deja de engañar. No quieras ocultar. Monstruo de papel.
Deja que pasemos SIN MIEDO.

Si esta es la canción, yo soy el silencio.
Pero si tú eres la música, déjame sorda.